jueves, 18 de febrero de 2016

Ejemplo a seguir: Inmigrantes latinos aprenden inglés en la lavandería

El dicho “la ropa sucia se lava en casa”, referente a la solución de problemas en privado, tiene un significado profundo en un negocio de Van Nuys.

En la “Lavandería Clásica” del Boulevard Victory, esquina con la Avenida Woodley, los clientes de la dueña del negocio, Balee Rad, no vienen a ventilar públicamente sus problemas, sino a aprender inglés como segundo idioma de forma gratuita y mientras lavan su ropa.

Niños, jóvenes, hombres y mujeres de todas las edades tienen allí la oportunidad de aprender el idioma de este país.

Juana Acosta, de 63 años de edad, demuestra que la búsqueda de conocimientos no tienen edades cuando se tiene interés y voluntad para hacerlo.

“How are you? I’m fine. Very nice to meet you” [ “¿Cómo estas? Estoy bien. Mucho gusto en conocerte”] se atrevió a parafrasear en inglés.

La mujer nacida en Huancayo y criada en Lima, Perú, acude regularmente a las clases desde que la propietaria del inmueble puso en marcha su original idea para ayudar a sus clientes.

A pesar de su falta de dominio del idioma, ni Juana ni una docena de sus compañeros se amedrentan frente al reto de aprender otro idioma.

Contó que hace años acudía a clases de inglés para adultos en una iglesia de Van Nuys. Pero luego cerraron el curso.

Y aunque se inscribió posteriormente en la Van Nuys High School, en clases para adultos, la dejaron en una lista de espera que se hizo eterna.

“Nunca me llamaron”, dijo. “Dejé de aprender, y luego me dediqué a trabajar a cuidar a mis cinco niñas (Roxana, Janeth, Karina, Liz, Rosario y Maritza).

Ahora, con la apertura del salón comunitario en la “Lavandería Clásica”, ella es la primera en llegar a clases, cada martes y miércoles por la noche.

Bailee Rad, propietaria de “Lavandería Clásica’ de Van Nuys busca influir en el éxito de los inmigrantes latina. /Jorge Luis Macías

Devuelve el favor de la educación a otros

Hija de madre estadounidense y padre iraní, Bailee Rad, abogada y ex profesora de leyes en Cal Poly Pomona pensó que había que devolverle el favor a “alguien”, tal como a ella le ayudaron otros para conseguir sus estudios universitarios.

“Me hace sentir bien que puedo hacer un poco por los niños y sus madres”, expresó. “Creo que la gente es buena, si ayudamos a otros, la recompensa vendrá adelante y ésta no siempre es material”.

En efecto, los niños que corren alrededor de la lavandería la reconocen; le piden lápices de colores y papel para pasar un tiempo agradable en su visita a la lavandería, y la abrazan en señal de agradecimiento.

Desde octubre de 2015, Bailee decidió remodelar por completo la “Lavandería Clásica” con 120 máquinas de lavado y secado nuevas.

En las paredes colocó retratos de reconocidos y exitosos artistas y actores mexicanos como Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix, Cantinflas, etc., con el afán de atraer más clientela, aunque su propuesta a favor de los inmigrantes va más allá de hacer negocio.

Descubrió que sus clientes ansían información práctica para potenciar día a día el éxito personal y hacer todo lo posible, simplemente para sobrevivir.

“La gente quiere información útil que las escuelas no les proporcionan como la forma para conseguir un trabajo, cómo equilibrar su presupuesto para mantenerse alejado de las deudas o la manera práctica de llenar una solicitud de ingreso a la universidad”, expresó. “Estas son las herramientas que ellos necesitan para conseguir sus objetivos personales; eso les garantizaría ser mejores padres para sus hijos”.

Si bien Bailee Rad desarrolló la idea de capacitar a las personas con información, espera que sus clientes alcancen sus metas trabajando juntos.

“Una comunidad es más fuerte que un individuo por sí solo”, indicó. “Juntos podemos hacer cualquier cosa”.

 

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