miércoles, 1 de enero de 2014

"Cuando la Universidad fue categorizada por el CONEA, no cumplíamos cinco años de vida"

La Universidad de Los Hemisferios se encuentra en categoría B. En 2009 se ubicó en la D. Actualmente tiene 600 estudiantes.


Ficha del entrevistado: Alejandro Ribadeneira, rector de la Universidad de Los Hemisferios.

¿Qué retos planteó esta nueva evaluación?
El principal fue sistematizar toda la información que se debía entregar al
CEAACES, considerando el volumen y los formatos requeridos, que, en algunos casos, diferían bastante de los que utilizábamos en la universidad. Adicionalmente, la adecuación a las exigencias de la LOES en un plazo muy corto exigió una reestructuración importante de la planta docente. Otro reto fue sistematizar los procesos de investigación desde la universidad.

¿Hace cuánto empezaron a prepararse?
La universidad había solicitado al
CONEA la autorización para iniciar la autoevaluación como paso obligado para la evaluación y acreditación. Nos hemos venido preparando desde 2008, más aún considerando que los procesos de evaluación y acreditación no pueden ser considerados como puntuales, cada cinco años, sino sistémicos.

¿Qué cambios aplicó la Universidad de los Hemisferios en estos cinco años?
Cuando la Universidad de Los Hemisferios fue evaluada y categorizada por el CONEA en un proceso apurado y, desde mi punto personal de vista, sesgado, no cumplíamos aún los primeros cinco años de vida, que se supone es el tiempo necesario para que se produzca una adecuada institucionalización. Por ejemplo, no podíamos ofertar programas de posgrado y, como uno de los indicadores daba mucha importancia a la existencia de estos programas, nos vimos perjudicados en la calificación. Han transcurrido más de cuatro años desde esa malhadada calificación y, obviamente, la universidad está institucionalizada. Hemos procurado ajustar su funcionamiento y estructura a las normas generadas en la nueva Ley, especialmente respecto al número de profesores a tiempo completo, la titularidad de los mismos, su incorporación a través de concursos de oposición y merecimientos, etc. También se ha mejorado, aunque no significativamente, la infraestructura tecnológica de la que dispone la universidad, así como la Biblioteca con la incorporación de nuevos volúmenes físicos y bibliotecas virtuales, gracias al apoyo que ha brindado la
Senescyt.

¿Qué inversión implicaron estos cambios?
Es complicado cuantificar el esfuerzo financiero que han significado los cambios.

¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?
La principal fortaleza y, al mismo tiempo, debilidad es la juventud y el tamaño. Fortaleza porque es mucho más fácil corregir rumbos cuando se es pequeño y debilidad porque los recursos financieros con los que se cuenta son más reducidos. Otra debilidad puede radicarse en los procesos de investigación, cuyos resultados se van consolidando con el tiempo. Una fortaleza es el apego estricto al proyecto educativo y principios fundacionales de nuestra universidad, ya que ello garantiza la existencia de un norte al que debemos llegar y no nos permite perder el rumbo, a pesar de las vicisitudes.


Nota: esta información fue recopilada antes de la difusión del informe de evaluación del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEAACES).



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